Cómo escribir una buena historia de fantasía romántica (2)

05.10.2021

 Si la semana pasada os hablamos sobre la originalidad a la hora de enfocar un proyecto como es una historia de fantasía romántica, y también sobre los personajes de la misma, hoy seguiremos con nuevos aspectos a tener en cuenta a la hora de dar forma a nuestro proyecto. ¡Vamos a ello!

3. EL ESCENARIO. Tal y como os dijimos en el artículo de la semana pasada, y de la misma forma que estuvimos viendo con los personajes, cuando se trata de definir el escenario en el que va a transcurrir una novela de fantasía, debemos ser conscientes de las muchas opciones disponibles. ¿Por qué limitarnos a utilizar un escenario realista? Nuestra historia puede tener lugar en un planeta lejano, en otra dimensión, en un bosque mágico, en la ciudad de una civilización subacuática, en una isla voladora con un castillo... ¡o donde tú quieras!

4. ESCRIBIENDO. No hay nada que dañe tanto una historia como improvisar. «Es que hoy no estoy creativo». «No he escrito nada, estoy atascado». ¿Cuántas veces hemos dicho cosas similares? Pues permitidme que os diga algo: todo eso, lo mal llamado bloqueo del escritor, ¡no existe! Sí, es verdad que uno puede encontrarse disperso por el motivo que sea, y que por ello no sea capaz de centrarse en la historia ni, en consecuencia, de escribir. Se llama estar distraído y le puede pasar a cualquiera. Pero lo otro, aquello de estar atascado, o no tener inspiración, es un mito. Lo que pasa, muy probablemente, es que no has preparado tu historia, pues esperas que esta fluya de tus dedos mágicamente. Bien, te voy a contar algo: el tiempo invertido en escribir una historia, debe dividirse entre planificación, escritura y corrección. ¡Escribir no es cosa de magia!
La planificación es de los tres el proceso más creativo, el más importante y el más costoso. Durante el tiempo dedicado a planificar tendremos que diseñar personajes, desarrollar la trama, crear subtramas, etc. Hay muchos amateur que dicen que no lo hacen porque prefieren improvisar en lugar de ceñirse a un plan, pero claro, luego se nota en el resultado. Se nota mucho, y no para bien. Escribir una historia improvisando es como intentar arreglar la lavadora improvisando, sin saber qué estamos haciendo, ni preparar las herramientas, ni nada. Lo más normal será que nos dé la corriente y salte el automático, eso si no rompemos del todo el electrodoméstico. En el mejor de los casos seremos capaces de hacer que funcione y de montarlo de nuevo, y guardaremos en un cajón todas esas piezas que, no sabemos por qué, nos han sobrado.
Si hemos hecho bien el trabajo de planificación, tendremos el equivalente literario a un mapa. Esto nos permitirá escribir nuestra historia de manera eficiente, contando en cada momento lo que la historia necesita, sin perdernos en divagaciones ni desvirtuar la historia con elementos sin importancia para la misma y sin interés para el lector. Pero, además, esto no nos obliga a "ceñirnos a un plan". ¡El escritor puede cambiar todo lo que quiera, y puede hacerlo siempre que quiera! Sin embargo lo haremos sabiendo a dónde vamos, que es la gran diferencia entre planificar e improvisar.
Finalmente, es muy recomendable dedicar cierto tiempo a la corrección del texto. Mi consejo es que hagáis al menos tres o cuatro lecturas del mismo, pero lecturas a fondo, revisando la ortografía, la gramática, la construcción de frases y, sobre todo, comprobando que la historia funciona, que no dejamos flecos sueltos, o inconsistencias, o incoherencias y contradicciones dentro de nuestra historia. Sin este trabajo, lo que tendremos será tan solo un borrador mal definido.

¿Quién dijo que la labor del escritor era fácil?
¿Quién dijo que la labor del escritor era fácil?

Hasta aquí llega la entrega de esta semana, pero la próxima semana continuaremos con la última entrega de estos consejos para escribir una historia de fantasía romántica. ¡No os lo perdáis!