Lo fantástico del género romántico.
Si habéis leído la opera prima de Eva Barón, la novela romántica Nos volveremos a ver, habréis podido disfrutar de tres interesantes historias románticas que se entrelazan para formar dicho título. Y es que, si bien es cierto que el género romántico probablemente sea uno de los más recurridos y populares, también lo es que resulta extremadamente flexible, pues su propio concepto es tan amplio que pueden encontrarse trabajos excelentes que nada tienen en común unos con otros. Pero esto no es algo nuevo. La literatura, prácticamente desde sus orígenes, ha hecho del romance uno de sus pilares, hasta el punto de que este ha sido siempre un elemento fundamental, si bien conoció una época de esplendor durante el auge de la novela de aventuras. Clásicos inmortales como Los Tres Mosqueteros de Alejandro Dumas o el mismísimo Don Quijote de La Mancha no podrían concebirse sin el componente romántico de sus historias, mientras que leyendas como las de Robin Hood o Camelot poseen también un fuerte elemento romántico que adereza las fantásticas aventuras de los héroes que las componen.
En la propia Nos volveremos a ver encontramos un claro ejemplo de todo esto, pues cada una de las tres historias que nos ofrece la autora pueden encuadrarse en un género diferente que se combina con el romántico: histórico, urbano y ciencia ficción, en ese orden. Todas ellas están, además, aderezadas con ciertos momentos cargados de erotismo. Pero es que la próxima novela de Eva Barón, de título Los Escritos Olvidados de Landterium: La búsqueda de Las Esferas, ofrecerá a los lectores una aventura de alta fantasía en la que entreteje también el género romántico, una prueba más de lo versátil y flexible que este último resulta.
De todo lo dicho podemos encontrar numerosos ejemplos de esto en la literatura romántica más popular; en obras que, si no hemos leído, al menos conocemos. Veamos algunos notables títulos.
Orgullo y prejuicio, de Jane Austen, es una historia romántica con un fuerte contexto histórico, y es tal su importancia en la literatura que está considerada como una de las grandes precursoras de la literatura romántica como tal. No es la única que combina lo romántico con lo histórico, como bien nos mostró Federico García Lorca con Bodas de sangre o el mismísimo Shakespeare con su obra mundialmente conocida, Romeo y Julieta, por mencionar solo unas pocas de las incontables novelas que podríamos citar como resultado de combinar el género romántico con el histórico.
En la literatura fantástica también nos encontramos con notables historias de amor. El mismísimo Tolkien fue artífice de Beren y Lúthien, uno de los trabajos a los que más cariño tuvo el autor (a lo largo de su vida nunca dejó de volver a esa historia y de reescribirla una y otra vez). Por otra parte Laura Gallego ofreció una maravillosa historia de amor en su obra de fantasía juvenil Crónicas de Idhún. Y, por cierto, precisamente en fantasía juvenil podréis encontrar un enorme catálogo de literatura romántica.
Respecto a la literatura de ciencia ficción, tan solo hay que echar un vistazo a algunas de las adaptaciones cinematográficas de la última década para encontrar ejemplos de alta carga romántica que todos conocemos, como Los Juegos del Hambre y la trilogía Divergente, dos sagas literarias llevadas al cine entre el 2010 y el 2015.
Eso es lo maravilloso del género romántico: combina bien con cualquier género, lo que asegura que los aficionados a la litetura romántica dispongan de un inconmensurable abanico de opciones entre las que elegir sus lecturas.
¿Y tú qué tipo de novela romántica prefieres?
GRIMNIR EDICIONES.