Odd y los gigantes de escarcha, de Neil Gaiman
Que Neil Gaiman es multifacético es algo que ya sabemos bien aquellos que conocemos su obra. Lo mismo te hace The Sandman, el mejor cómic de todos los tiempos, que American Gods, una novela adulta en clave de road movie en la que combina mitologías, pasado y futuro para narrar una historia fascinante. Lo mismo reinventa el Universo Marvel en 1602 o escribe un episodio de la clásica serie Dr. Who, episodio que además resulta premiado. Lo mismo escribe el mejor final de Batman que cabe imaginar o narra una preciosa historia de fantasía juvenil en Stardust. Haga lo que haga, no deja de sorprenderme. Odd y los gigantes de escarcha no es una excepción.
Si
hubiera que describir esta novela corta juvenil (pues posee un tono
innegablemente enfocado a jóvenes lectores, por lo que resulta
sencilla, amena y divertida), podría decir que es lo que habría
nacido de la unión de Stardust
y
de Mitos nórdicos.
No
es la primera ni la segunda vez que Neil
Gaiman echa
mano de la mitología nórdica, y probablemente no será la última.
Los dioses nórdicos son una de las piezas principales de American
Gods,
en Mitos nórdicos
el
escritor nos narra con su propia voz algunos de los mitos nórdicos
más populares, e incluso en algunos números de The
Sandman aparecen
como personajes secundarios. No es de extrañar, por tanto, que una
novela titulada Odd
y los gigantes de escarcha rezume
mitología nórdica por los cuatro costados, más aún si tenemos en
cuenta que el protagonista es un joven vikingo. Respecto a la otra
obra con la que he comparado el libro, Stardust,
tiene en común con Odd
y los gigantes de escarcha que
es un cuento de hadas, y al mismo tiempo una versión clásica (pero
no por eso menos efectiva) del viaje del héroe. Odd, como Tristán
en Stardust,
deja atrás todo aquello que conoce, y emprende un viaje en busca de
algo que desea con todas sus fuerzas, pero en su periplo encontrará
muchas otras cosas que no espera, y, sobre todo, se encontrará a sí
mismo.
Cabe destacar también las preciosas ilustraciones y la mágica maquetación que enmarcan la historia de Neil Gaiman, dándole un extra de calidad a la obra. Chris Riddell es el responsable de la parte gráfica de la historia, y lo cierto es que cumple de maravilla, como podéis comprobar con la ilustración que acompaña a la reseña, en la que podemos ver a Odd con tres peculiares amigos a los que conoce durante su viaje. La caracterización de estos personajes, el oso, el águila y el zorro, resulta impecable. ¡Pero tendréis que leer el libro para poder saber a qué me refiero!
La historia es sencilla, que no simple. El lector avispado podrá advertir desde la primera página las numerosas referencias (algunas indirectas y otras más que directas) que la historia hace a la mitología nórdica. Es, eso sí, una historia corta, lo suficientemente corta como para que pueda leerse de un tirón sin dificultad. Ofrece además un marcado sentido del humor a lo largo de toda la historia, así como interesantes giros argumentales que algunos, los más avispados, podrán advertir de antemano.
Con todo, lo más notable de la novela es que resulta perfecta para que se la leamos a los más pequeños de la casa, mientras estos disfrutan con las bonitas ilustraciones que acompañan a la historia. Su sencillez y su sentido del humor son garantía de que los pequeños disfrutarán con la narración, ¡y lo harán al mismo tiempo que aprenden sobre mitología nórdica!