Tipos de amor (1)

04.02.2022

Dado que hemos entrado en febrero, el mes en que se celebra San Valentín, el día más romántico del año, vamos a aprovechar para hacer un repaso a los tipos de amor que podemos encontrar en la literatura romántica. ¿Qué digo en la literatura romántica? ¡En literatura, cine y televisión! ¡En la vida, incluso! Y es que puede haber muchos tipos de romances, quizás tantos como tipos de parejas, ¡pero algunos de ellos resultan particularmente frecuentes! Así pues, y con intención de calentar motores para el Especial San Valentín que podréis leer el 14 de febrero, durante la primera quincena del mes daremos un repaso a esos tipos de romance. ¿Sabes ya cuál encaja con el tuyo?

El artículo, por cierto, se basa en la Teoría del Disco de Colores establecida por Lee en 1977, teoría, por cierto, que establece tres tipos de amor principales, otros tres obtenidos al mezclar entre sí los anteriores y, finalmente, un sexto tipo de amor, un amor para gobernarlos a todos, para encontrarlos, un amor para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas. (Perdón, no lo he podido evitar).

¡Vamos a ver los tres tipos de amor principales!


PASIÓN. El primero es el tipo de amor que arde con más facilidad y con más fuerza, el amor de la pasión, de la atracción física. Sin embargo es también el tipo de amor que se extingue con más presteza, debido a que está forjado en torno a lo físico, a la atracción sexual y al deseo de yacer con la otra persona. Es el amor que con más frecuencia podemos encontrar en la literatura romántica, y también es el amor que todos queremos vivir alguna vez en nuestras vidas, pese a que sepamos que, muy probablemente, está destinado a desaparecer de forma tan repentina como surgió. Pero, qué demonios, ¡que nos quiten lo bailado!


CONEXIÓN. Si el primero estaba basado en lo carnal y lo físico, este tipo de amor se centra en los sentimientos de cada uno hacia el otro, en compartir no solo sentimientos, sino también emociones, experiencias, secretos y deseos; es, como su propio nombre indica, un amor basado en la conexión entre ambos miembros de la pareja; un amor centrado en una conexión más mental que física. Lo ideal, por supuesto, sería una relación en la que se den de forma simultánea pasión y conexión, pues, a decir verdad, conexión sin pasión está más cerca de una amistad que del amor.

COMPROMISO. El tercer tipo y cl más desafortunado es el amor por compromiso, si es que puede llamarse amor; el que queda entre la pareja cuando se extinguen los dos tipos anteriores. Es un amor relativamente artificioso, casi podríamos decir vacío, en el que existe afecto, sí, pero un afecto que está muy lejos de lo que debería ser un romance. A menudo este tipo de amor se da entre personas que ya llevan un tiempo juntas y entre las que la pasión y la conexión han disminuido de forma progresiva hasta que un día, sin saber por qué, descubres que sigues con tu pareja más por inercia y por compromiso que por otra cosa. ¿Pero es posible mantener la pasión y la conexión durante toda la vida, y evitar así caer en un amor de compromiso? Lo cierto es que sí, lo es, pero no resulta fácil. El día a día, la rutina y la monotonía son terribles enemigos de toda relación.  

Qué intenso, ¿verdad? Pues no os vayáis muy lejos, porque en tan solo unos días podréis leer la conclusión de este artículo, en una nueva entrada. ¡Estad atentos!

JOAQUÍN SANJUÁN