Warhammer: El embajador
Graham McNeill, autor de novelas de Warhammer Fantasy que también escribió Los Guardianes del Bosque, la única novela protagonizada por los elfos silvanos, fue el responsable de una historia narrada a través de dos novelas, El embajador y Los Dientes de Ursun, ambas parte de la colección de Warhammer Fantasy. Hoy os traigo la primera de las dos.
El embajador es una novela corta, de escasas 250 páginas, muy poco para lo que suele ser la extensión habitual de las novelas de Warhammer Fantasy, por lo general en torno a las 400 páginas. Esta, además, ofrece una historia poco común, centrada en la figura de un hombre, un embajador del Imperio, el veterano Kaspar von Velten, personaje al que Graham McNeill traslada hasta Kislev, muy cerca de la Reina de Hielo, desde donde deberá velar por los intereses del Imperio al mismo tiempo que trata de mantenerse a flote en un territorio y un ambiente que no muestran piedad alguna hacia los hombres como él, extranjeros que no son del todo bien recibidos en el inhóspito territorio kislevita. A lo largo de la historia, interesante pese a que en algunos puntos resulta demasiado lenta, encontraremos no solo intrigas políticas, sino que también aparecerá la figura de un peligroso asesino de identidad desconocida, llamado simplemente el Carnicero, quien matará de forma indiscriminada y sin aparente distinción a hombres, mujeres y niños, lo que se convertirá en un problema que, por desgracia para el veterano embajador, terminará involucrando a Kaspar von Velten. Este tendrá que utilizar todos los medios a su alcance no solo para sobrevivir, que también, sino para encontrar al peligroso criminal y para salvar la vida de una querida amiga que correrá un enorme peligro. Las amenazas se acumularán sobre él, y lo harán en un lugar en el que no está seguro de en quién puede confiar ni de quién quiere verlo muerto.
Debo reconocer que no es una de las mejores novelas de Warhammer Fantasy, pese a que se deja leer. La narrativa de Graham McNeill es buena y está bien trabajada, hay que reconocerlo, pero eso no es suficiente para conseguir que la novela sea capaz de mantener el interés del lector durante determinados pasajes de la misma, lo que sin duda supone un gran problema durante su lectura, en especial cuando hablamos de una novela tan breve. Por otra parte, dos de los elementos más destacados de El embajador los encontramos precisamente en sus protagonistas principales, que no necesariamente en sus personajes principales. Por un lado, Kaspar von Velten se muestra como un personaje bien trabajado, repleto de matices y a todas luces muy interesante, aunque soy de la opinión de que no se le saca todo el provecho que se le podía haber sacado en la novela. Por otra parte, tenemos a Kislev, territorio fronterizo que se convierte inevitablemente en el otro personaje destacado de la novela, pues El embajador tiene cierto valor documental para el aficionado a Warhammer Fantasy, ya que ofrece un excelente retrato de la sociedad kislevita, y permite que el lector descubra la forma de ser de sus gentes, así como algunos de sus hábitos y características, elementos frecuentemente olvidados en manuales y libros de juego. Solamente por eso, y siempre que se tenga cierto interés en profundizar mejor en el trasfondo histórico y social de Warhammer Fantasy, El embajador es una novela que merece la pena leer.
No os perdáis la reseña dedicada a Los Dientes de Ursun, novela que supone una continuación inmediata de la historia narrada por Graham McNeill en El embajador, y que cuenta con el mismo protagonista y con la misma ambientación.
JOAQUÍN
SANJUÁN
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